El pescado graso (como el salmón) contiene ácidos omega-3 que influyen positivamente en el estado de ánimo, así como en el funcionamiento del cerebro, las células nerviosas y los vasos sanguí
El pescado graso (como el salmón) contiene ácidos omega-3 que influyen positivamente en el estado de ánimo, así como en el funcionamiento del cerebro, las células nerviosas y los vasos sanguí